Ánimo, Felipe. Serás hereje, pero eres mi hereje; serás impenitente, pero eres encantador. Siempre serás la 'niña de mis ojos', mio bello napoletano. Lástima no haber podido estar allí contigo. Clemente VIII se hubiese ido a casa con un fuerte dolor en la entrepierna y Roberto Belarmino hubiese sido santo de todos modos, sí, pero yo lo hubiese hecho mártir además.
Bacio sulle labra per un vero uomo. Mio cuore é con te.
No hay comentarios:
Publicar un comentario