Blog independiente que aborda los Arcanos del S. XXI.

martes, 16 de noviembre de 2010

Medusa

Medusa: Tus ojos están revestidos por el brillo implacable del mal. Tus labios se retuercen gustosos para saborear el mortífero discurso que vienes vomitando desde siempre a tus acólitos. Tu mirada anuncia la resurrección de viejos dogmas en desuso y el progresismo que aparentemente despliegas es la forma más bastarda de ser un déspota.

Medusa: Como el monstruo mitológico que lleva tu nombre, encarnación del mismísimo Diablo bajo una de sus formas más horrendas, desvías la cabeza hacia un lado y otro, lenta pero continuadamente y, allí donde se posan tus ojos, queda tan solo una petrificada atmósfera con olor a podredumbre.

Medusa: Tú despliegas ante el mundo un abanico de oscuras ideas tapizadas bajo el manto de la mansedumbre. Te disfrazas de cordero para atacar al verdadero humilde y sojuzgarlo a base de dentelladas certeras. Devoras los corazones de los vivos y castras las almas de los que todavía no han nacido.

Medusa: Tú inicias al novicio en tu sagrada religión atea ejerciendo de Illuminato en su grado de Supremo Inmortal. Y aquél que se atreve a lanzar una simple mirada dudosa o una tímida réplica a tus envenenados arcanos queda comulgado de inmediato por ti. No bastándote ese castigo, haces que se retuerza de dolor y te suplique una y otra vez la deseada vuelta a la excomunión. Pero tú ya lo has marcado con el signo de Abel y deseas que sufra sintiéndose como la más ignorante de las basuras; como la morralla analfabeta que ha osado interferir en el discurso de Soberano Príncipe Rosacruz.

Medusa: Como el poeta Zaratustra, te burlas de la picadura de la serpiente y ejemplificas a la perfección el aforismo: 'en el que quiere ser verdaderamente justo, la mentira se troca en filantropía', con la salvedad de que tu supuesta justicia no es la justicia del pobre ni del maltratado sino la del tirano que calza botas de muerte.

Medusa: Tú obstaculizas la sociedad de hoy. Te disfrazaste de Demiurgo y engendraste un aborto deformando y corrompiendo la nación. Cosificaste las ideas, paralizaste el pensamiento y pusiste un muro a la imaginación que solo puede ser derribado a fuerza de martillazos. Ésa es tu obra, la obra del Gran Arquitecto de la Logia Roja.

Medusa: Gracias a ti un ejército de jóvenes soldados camina valientemente hacia la Muerte. Gracias a ti, mentes adolescentes desvarían al ponderar el bien y el mal. Gracias a ti se consumen día a día en banalidades, derrochando su natural idealismo. Gracias a ti desconocen la mayoría el verdadero y sucio propósito de tu podrido talante. Gracias a ti se creen en posesión de una especie de cualidad innata que los hace sentirse elegidos para juzgar sin darse cuenta de que lo hacen bajo el asqueroso punto de vista de tu lente de parásito.

Medusa: ¿Sabes cómo acaba la gente como tú? ¿sabes cuál será tu final? Tú te hundirás en el fango de la tierra y permanecerás en la región dominada por anfibios para siempre. Ése ha sido tu verdadero hogar y a él te diriges con premura. Sin embargo, tal vez se te conceda la gracia de volver a beber en la Fuente y, cuando veas tu verdadero rostro de sapo reflejado en las aguas, sientas vergüenza de ti mismo. Procura que no sea demasiado tarde para enmendar el mal; de lo contrario, significará que estás muerto...ad eternum.



viernes, 12 de noviembre de 2010

Amiga mía


Me preguntas: ¿qué haces?
Yo, como tú, también leo, a veces
y escribo, a veces.

Leo con la profunda convicción
de reinstaurar temas inconclusos,
de sentir en la piel de la otra gente
las cosas que no siento en la propia.
De adivinar tras sus metáforas
el origen de sus inquietudes,
el banal motivo que les llevó a afirmar
que podían sistematizar el objeto,
cuando, paradójicamente, la esencia del objeto
es su singularización en lo universal.

Escribo con el agridulce escepticismo
de que 'el otro' se me escurre entre los dedos,
de que el corazón me palpita de modo discontinuo,
sólo cuando así lo siente;
de que la palabra que quiero expresar
está limitada por un lenguaje que no logra revelarla.
Escribo con el total presentimiento
de ser malinterpretada desde el primer instante
por la gente que cree en algo realmente.

Sin embargo, no me es posible evitarlo:
leer y escribir son los únicos verbos
con los que puedo conjugar en la intimidad
las pulsiones de mi fisiología.

Escribir es un viajar de la mente
a rincones llenos de misterios;
neuronas trabajando silenciosamente
y organismos que responden a sus desvelos;
miradas extraviadas en busca de la palabra justa,
la ideal, la irreal, la inalcanzable;
manos que tiemblan al enfrentarse al vacío
sintiéndose en la obligación de crear en él algo.

Leer es un inventar en la mente
territorios vírgenes por explorar,
intentando hallar, en esa misma invención,
las raíces del sinsentido,
raíces perseguidas de modo frustrante
por toda filosofía que se precie de serlo,
por toda persona que confunde
el encuentro con el entendimiento.

Pero ese origen me horroriza,
mostrarme tal cual soy
y saber que para deambular por el alcantarillado social
debo ser contraria a mí misma,
ejemplifica la moral bastarda.
Es preferible disfrazar el yo de otro yo
y encontrarle sentido a éste último
para poder así llevarse a la muerte,
mientras la gente llora tu máscara,
el tesoro más preciado de uno mismo: el YO.
_______________


También tú puedes darte por besada, amiga mía.
type='text/javascript'/>