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lunes, 28 de marzo de 2011

Husserl y el problema de la Historia

“Husserl,

Durante mucho tiempo se le ha achacado a Edmund Husserl una serie de contradicciones en su relación con la Historia. Considero que no hay razones suficientes para hablar de estas supuestas contradicciones sino que más bien responden a un proceso de maduración interno. No obstante, conviene dilucidar, dentro de la problemática que plantea la fenomenología de Husserl, su posición en torno a la Historia.

Husserl no se muestra contrario a una versión historicista de la Filosofía, no niega el valor que ésta tenga, pero en su idea de hacer de la Filosofía una ciencia rigurosa no puede admitir un tratamiento que carezca de la necesidad y universalidad de las objetividades que sí sería viable mediante un método de la reducción fenomenológica.

Mientras que en su obra La Filosofía como ciencia rigurosa, Husserl atacaba el historicismo y el psicologismo, en Las Meditaciones Cartesianas y en La Crisis de las ciencias europeas, introduce importantes novedades. La causa principal de este cambio es que anteriormente su reflexión atendía principalmente a problemas epistemológicos tomando como inicio el mundo circundante en el cual lo importante es la índole espacio-temporal de las experiencias, dejando fuera la influencia que podía haber ejercido sobre este mundo el acaecer histórico, cultural y científico. Pero, sin embargo, deja caer que las experiencias que constituyen el mundo circundante se nos hacen presentes siempre bajo un revestimiento de elementos conceptuales y axiológicos que se han formado en virtud de nuestra conducta cognoscitiva y práctica. Esto es importante porque, aunque la situación cambia cuando atiende al mundo de la vida concreto que, como tal, aventaja al mundo circundante como punto de partida de la investigación fenomenológica, la advertencia hecha anteriormente de que los objetos que allí se encontraban poseían un valor práctico se amplía considerablemente al considerarlo como un mundo vivido en diferentes culturas y que registra en cada caso las modalidades valorativas de toda suerte con que esas culturas experimentan las cosas dentro de actitudes estéticas, religiosas...etc. Es decir, tomando el mundo de la vida concreto como punto de partida, la fenomenología debe conjugar a los diversos grupos humanos que conviven en un mismo universo.

Desde esta perspectiva se puede afirmar sin complicación que el mundo de la vida concreto que aparece tardíamente en Husserl, se presenta como hilo conductor de sus pesquisas, como punto de partida y no como resultado final de sus investigaciones. Husserl hace frente ahora a algo que ya temía pero que no había integrado en un primer momento en su fenomenología ya que este mundo de la vida concreto pertenece a un ámbito cultural, el de los sujetos que lo viven en un determinado momento histórico y, además, está formado por situaciones objetivas que llevan incorporado el talante histórico de su formación. Ello implica la introducción de un nuevo elemento en la metodología fenomenológica dada su manifiesta historicidad.

Con ello, Husserl refuerza y da mayor validez a su reflexión pero tropieza con un nuevo obstáculo: el problema del apriorismo. Supongo que no se le escaparía en ningún momento la relación apriorismo/Historia y las importantes consecuencias que se derivarían al integrar ambos elementos de una forma u otra. Para él, el 'a priori' queda definido como validez universal y necesaria y, en este estado de cosas, podría verse reducido a un suceso enmarcado en unas determinadas coordenadas históricas con lo cual dejaría de tener ese carácter universal y necesario. Es más, Husserl está afirmando con la incorporación del mundo de la vida concreto, el que cualquier reducción fenomenológica deriva de este mundo del que forma parte el fenomenólogo que intenta dicha reducción. Como afirma en La Crisis de las ciencias europeas: 'La filosofía como ciencia, como ciencia seria, estricta, más aún, como ciencia apodíctica: el sueño se ha terminado'. Aquí se puede ver perfectamente como la fundamentación histórica del camino que se debe seguir enlaza  con el abandono de la idea directriz de la ciencia apodíctica. El significado de tal evolución se explica -según la interpretación de Landgrebe-, en que dicha fundamentación histórica ya no puede ser una fundamentación apodíctica en el antiguo sentido, es decir, derivada de verdades eternas y de necesidades racionales, antes bien, se trataría de una fundamentación en un factum histórico y en la posibilidad de decisión del filósofo a aceptar y empuñar la posibilidad ofrecida en tal factum. La fundamentación es absoluta en el sentido de un enfrentamiento ante la insuperable facticidad que solo puede aceptarse, es perentoria en cuanto la resolución a aceptar 'así debe ser' involucra la terminación de las ponderaciones y es por ello definitiva. Tan solo éste puede ser ahora el sentido de una fundamentación absoluta, luego que el ideal de su apodicticidad se ha demostrado como imposible de cumplir..

“HistoriaHay un dato más no carente de importancia, y es el hecho de que el empirismo y el positivismo son compañeros permanentes de la metafísica a la que Husserl se refiere de continuo. Esto trae consigo las consecuencias escépticas que siempre se hacen patentes en los autores que integran dichas corrientes. Si bien esto es cierto, creo que el problema de la Historia en Husserl se hace más inteligible atendiendo a un supuesto relativismo.  Con la irrupción del mundo de la vida concreto ya no se hace del todo viable una concepción absolutista de los principios a priori, pero si descartamos esa concepción y hacemos hincapié en la propia definición que da Husserl de validez universal y necesaria podemos seguir adelante en el camino de la fenomenología aceptando, eso sí, una cierta relatividad al 'a priori' en el sentido de que la validez de lo que se pretende apriorístico es relativo al momento histórico en que se vive el mundo concreto que constituye el horizonte de su formulación.

Pienso que a Husserl no le importó no le importó insinuar esa relatividad desde el momento en que consintió sacrificar ese carácter absoluto que parecían tener los principios a priori y esa Filosofía como ciencia rigurosa. Esto es, en sus últimas obras pareció disuadirle más la idea de una fenomenología que englobase elementos históricos. Tal vez se dio cuenta de las estrecheces que suponía tomar como punto de partida ese mundo circundante y optó por el mundo de la vida concreto.

Husserl pretendía, a mi entender, idear un método al estilo kantiano de La Crítica de la Razón Pura, (lo digo en el sentido de hallar unos parámetros mediante los cuales controlar y ordenar todas nuestras ideas y experiencias). Y, en esta etapa, la historia más bien le molestaba por no enmarcarse en esos parámetros, aunque no por ello la dejara de lado, sino que anhelaba hallar esos principios mediante los cuales podría integrarse sin dificultad. Con el paso del tiempo se hizo consciente de la imposibilidad de dilucidar dichos principios y asumió con todos los riesgos que ello implicase la irrupción del mundo de la vida concreto pudiendo así incorporar el matiz histórico en su reflexión.


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